Los odontólogos recomiendan hacer una limpieza dental una vez al año como mínimo. Las limpiezas dentales, junto con la revisión dental por el odontólogo y una higiene dental adecuada, son la mejor forma para mantener una boca sana.
La limpieza bucal realizada por un profesional refuerza la higiene bucodental que el paciente efectúa mediante el cepillado diario y el uso del hilo dental. Se trata de una profilaxis básica que puede ejecutar un higienista, aunque debe ser controlada y prescrita por un odontólogo.
El odontólogo realiza una revisión a fondo del estado de las encías para comprobar si existe alguna zona con inflamación, si hay alguna hemorragia, infecciones o caries. Otra comprobación que realiza el odontólogo consiste en valorar si existe un exceso de movilidad en algún diente.
Una limpieza dental profesional no debe producir dolor en el paciente y tiene una función eminentemente preventiva.
La limpieza bucodental consiste en la extracción de la placa bacteriana y el sarro que se encuentran en la boca del paciente. El uso de la anestesia en las limpiezas dentales es muy escaso. Solo se aplica anestesia si el odontólogo lo considera adecuado, en algunos casos de sensibilidad dental especial y si se ha acumulado una cantidad excesiva de sarro y placa bacteriana, para evitar molestias al paciente.
Una limpieza bucodental completa dura unos 30-40 minutos
Si ha pasado demasiado tiempo desde la última limpieza dental y se ha acumulado mucho sarro, se puede separar el tratamiento en dos sesiones.
El principal objetivo que se pretende con una limpieza dental profesional es la eliminación del sarro que se acumula en los dientes y que no se puede eliminar con el cepillo de dientes y el hilo dental. El uso de un irrigador dental favorece la menor acumulación de placa bacteriana en los dientes.
Una higiene dental deficiente puede ocasionar diversas enfermedades en las encías. La acumulación de placa bacteriana puede provocar caries o la aparición de enfermedades de tipo periodontal como la periodontitis o la gingivitis. En estos casos, los pacientes reciben una limpieza dental diferente, el curetaje o raspado radicular.
La higiene dental es un tratamiento de tipo conservador que debe realizarse de forma regular, al menos una vez al año. El nombre técnico que recibe es el de tartrectomía.
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